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En la mayoría de las ocasiones “sabemos lo que tenemos que hacer”: cumplir determinados objetivos diarios, hacer más deporte, dejar de fumar, comer menos y distinto, pero no lo hacemos. Parece que una especie de somnolencia luchará contra nosotros y nos paralizará. Después acabamos sintiéndonos mal.
Pregúntate: ¿Cuántas cosas que deseabas o debías haber hecho ayer no hiciste? ¿Por qué? Muchas veces la excusa que ponemos es la falta de tiempo, pero en realidad no es cierto. El 80% del tiempo diario lo empleamos en actividades que realmente no sirven para nada.
Este hábito es tremendamente destructivo porque baja la autoestima.
¿Te imaginas cómo podría cambiar tu vida, tan sólo en una semana, si hicieras “todo lo que deseas o tienes que hacer”? Tómate el tiempo de escribirlo y te sorprenderás.
Prácticamente todo el mundo tiene este “nocivo hábito” de postergar en algún área de su vida.
La pregunta clave es qué hay detrás, que nos está condicionando a “postergar o no nos impulsa a hacer lo que queremos hacer” y la respuesta es que solo hay dos fuerzas impulsoras del comportamiento en el ser humano: el dolor y el placer. Si aprendemos a manejarlas, dejarás de postergarlas para siempre.
Eliminar la postergación supone disponer de un poderoso propulsor hacia tus metas y sueños. Cambiará absolutamente tu destino.
Nuestra Mente siempre busca cómo “evitar el dolor y busca el placer”.
La razón por la que postergas es porque, para tu subconsciente, dejarlo para más tarde le resulta más placentero e implica menos dolor que hacer lo que debes hacer.
Por ejemplo, si postergas hacer deporte para adelgazar, tener menos estrés y mejor salud, es porque es más placentero quedarte en la cama, estar leyendo, viendo la tele, meterte en Facebook o estar con amigos (obtención de placer), a la vez que evitas el dolor que supone hacer deporte (esfuerzo, agujetas, aburrimiento).
Actuamos cada día evitando el dolor (que cada uno tiene asociado a unas actividades concretas) y buscando el placer (asociado a otras).
Tanto cuando actúas como cuando postergas, existen ambas cosas: dolor y placer. Solo que en el caso de postergar te lleva a resultados negativos y en el caso de actuar, te lleva al “progreso”.
La clave está en aprender y lograr asociar mucho más dolor al hecho de postergar y mucho más placer a hacer lo que tienes que hacer. Para ello debes ponerlo por escrito.
Ahora es tu turno, escribe:
1- ¿Cuál es la actividad que deseas dejar de postergar?
2- Dolor y Placer asociado a no dar el paso (No Cambiar)
3- Dolor y Placer asociado a dar el paso (Cambiar)
Así que, manos a la obra asocia en tu mente: como Placer aquel hábito que quieres crear y mantener y Dolor aquel quieres abandonar.
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