Los sesgos nos interesan en la medida en que distorsionan la realidad y nos hacen equivocarnos.
Pero, ¿cómo considerar un sesgo revestido de virtud y que no aparece como dañino a primera vista, sino todo lo contrario?
Hemos aprendido a no seguir nuestros instintos primarios negativos de cuidado y desconfianza.
A entender que nos conviene tener una actitud confiada y amorosa ante el mundo.
A no ser paranoicos.
Y ser positivos nos parece un logro.
¿Qué pasa cuando, por ser optimistas, sobre estimamos el valor o dimensión de un objeto?
¿O cuándo negamos las situaciones poco placenteras?
¿O cuándo en nuestros equipos nos esforzamos en resaltar las buenas noticias, restando importancia a las malas?
Sucede que nuestra inquebrantable positividad nos hace perder una parte importante de la realidad.
Esa parte que no está funcionando como corresponde para nuestro producto, equipo o negocio y que debemos, ya no minimizar, sino corregir.
No podemos permitirnos confundir el optimismo con el autoengaño o las ilusiones positivas sobre la realidad.
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“Se precisa un enfoque negativo para sobrevivir, pero uno positivo para prosperar.”
—Dr. Boyatzis—
Evitando el “Síndrome de Pollyanna”
No está mal tener una actitud primaria de positividad frente a la realidad, ni tener expectativas favorables acerca de nosotros mismos, nuestra experiencia o nuestro negocio, o mostrar una actitud positiva frente a las acciones de los demás.
Se trata de estar siempre atentos a tener una visión realista y lo más neutral posible acerca de las personas y los hechos.
La realidad es casi siempre un híbrido en el que coexisten aspectos negativos junto a aspectos positivos.
Es por eso que debemos hacer un esfuerzo consciente para descubrir la realidad en sus aspectos negativos—si existieran—sin cegarnos con la positividad que le atribuimos.
Sepamos siempre que todo puede salir bien, pero no minimicemos los imponderables que pueden hacernos fracasar.
La positividad es tan contagiosa como la negatividad: cuidemos a los miembros de nuestro equipo y mantengamos el equilibrio entre el justo optimismo y la realidad.
En esta época de cambios, una información permanentemente actualizada nos ayudará a discernir.
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“El viaje enigma:
¿Cuál es el significado de la vida?
Resulta ser asombrosamente simple:
El sentido de la vida es el sentido.”
– Mihaly Csikszentmihalyi –
El sentido de la vida lo decidimos nosotros. Es lo que queremos que sea.
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