1. Cambia la imagen dominante de tu mente, busca la imagen de éxito que quieres lograr y memorizala hasta que la logres. La mente es teleológica perseguirá esa imagen. Es creer para ver, no ver para creer.

“ La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es limitado, mientras que la imaginación no”, expresó Albert Einstein

  1. Amor Fati: El ideal de los estoicos, ama todo lo que te pase bueno o malo. Es el principio o es el fin, me despidieron de mi trabajo, es el fin de mi carrera o es el principio de mi vida como emprendedor@. No desperdicies tiempo ni energía en lo que no puedes controlar. Darnos cuenta de lo que podemos controlar y de lo que no.

“Si quieres construir un imperio gobiérnate a ti mismo” Séneca.

  1. Conviértete en un trazador de metas profesional, si no tienes metas escritas claras, STOP para todo lo que estás haciendo y hazlo ahora. Lo escribes, lo crees. La mente es un gps ella te va mostrar el camino. Salte de la carrera de las ratas. Aquí te dejo nuestro manual y escribe metas que te asusten. 7 Pasos sencillos para trazarse metas
  1. Ser inteligentes, es tomar decisiones y acciones inteligentes todos los días, a cada hora. Recuerda que el tiempo es tu activo no renovable. Piensa en las 3 actividades que tienen la consecuencia más grande para lograr tu meta.
  1. La educación continua. La persona que sabe más, gana más. Si quieres tener más, tienes que convertirte en más.

“Derrama tus bolsillos en tu mente, que tu mente llenara tus bolsillos”  Margarita pasos.

Quiero compartirte esta reflexión que lo explica muy bien “El cuento se llama «Afilar el hacha»”, lo leí por primera vez en el maravilloso libro de Stephen Covey, «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva«, uno de los mejores libros escritos sobre productividad y que por supuesto también te recomiendo.

Cuento anónimo: Afilar el hacha

En cierta ocasión, un joven llegó a un campo de leñadores con el propósito de obtener trabajo. Habló con el responsable y éste, al ver el aspecto y la fortaleza de aquel joven, lo aceptó sin pensárselo y le dijo que podía empezar al día siguiente.

Durante su primer día en la montaña trabajó duramente y cortó muchos árboles.

El segundo día trabajó tanto como el primero, pero su producción fue escasamente la mitad del primer día.

El tercer día se propuso mejorar su producción. Desde el primer momento golpeaba el hacha con toda su fuerza contra los árboles. Aun así, los resultados fueron nulos.

Cuando el leñador jefe se dio cuenta del escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:

-¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?

El joven respondió:

-Realmente, no he tenido tiempo… He estado demasiado ocupado cortando árboles…

¿ Y tú cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?

Un error muy común que cometemos al  emprender es que trabajamos sin descanso, nos cuesta parar, y terminamos sin conseguir los resultados que esperamos, pero ¿por qué? si doy lo mejor de mí nos preguntamos, me levanto temprano, trabajo el doble y nada de eso es suficiente. Ahora hazte la pregunta ¿qué filo tiene tu Hacha?.