Quiero contarte esta historia de Thomas Edison que me cautivo e inspiró mucho en mi crecimiento personal. Así como a reconocer que todos tenemos un genio, solo es cuestión de alentarlo.

En sus 84 años de vida, Thomas Alva Edison patentó más de 2.000 inventos. Sin embargo, su paso por la escuela fue breve: fue su madre, Nancy Edison, la encargada de educarlo.

Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su madre una nota.

Él le dijo: “Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre.” Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando leyó en voz alta la carta que le trajo su hijo.

“Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarle, por favor enséñele usted”.

Muchos años después, cuando Nancy, su madre ya había fallecido y Edison se convirtió en uno de los más grandes inventores del siglo. Encontró por casualidad la nota que su madre celosamente había guardado por años. Cuál fue la sorpresa cuando leyó sobrecogido el verdadero contenido de aquella nota:

“Sra. Edison, su hijo presenta un retraso mental, no podemos permitirle que venga más a la escuela”.

Edison lloró amargamente tras conocer la verdadera historia. Cuando se repuso, escribió en su diario: « Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias a una madre heroica se convirtió en el genio del siglo ».

En lugar de leer lo que realmente decía la carta su madre le dio un giro completamente y ¡le inyectó seguridad a su hijo! Le hizo creer que podía ser un genio y se lo creyó tanto, que creció y murió dejando invaluables inventos a la humanidad.

#HistoriasDeLíderes

Tomado partes de (EDISON, n.d.)

¿Qué más se puede lograr con este genio interno que llevamos?